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Mostrando las entradas de 2010

A la siesta.

Aquella tarde, todo parecía indicar que se verían otra vez. La calle tranquila, los árboles apenas sacudiendo un poco sus follajes, el viento acostumbrado y el calor de la siesta ya instalado. El olor a tierra mojada sintiéndose muy a lo último de cada inspiración, y las nubes oscuras a la misma distancia, pero en el cielo, se acercaban sigilosa y raudamente, asegurando la creencia de que la lluvia iría a empapar el asfalto y regar todo lo verde, en cualquier momento. En el preciso instante en que los horneros callaban su canto dentro de sus refugios y uno ya podía saberse mojado; ahí cuando el diluvio era inminente, él aparecía. Aparecía y tanto sus ojos como los de ella se cargaban de ilusión y anhelo. El cielo, la humedad, o la falta de viento perdían importancia de tal forma, que simplemente dejaban de ser. Él, pasaba como la sensación de lluvia. Ella, de nuevo, se quedaba ahí. Y ni la lluvia ni él... en esa cuadra no pasaba nada. Nada más que un poco de viento. Aquella tarde

La lluvia en la mirada de los otros

Es la paciencia de esperar la lluvia, y sobre eso hacer tan grande su meditación, su pensamiento, que perdía la atención de lo que pasaba en la vereda... obviamente estaría muy concentrada en saber lo que pasaba en el cielo. Y el transeúnte que pasó, algo agobiado por la humedad del ambiente, la vió y [quizás] en ese momento puso los ojos en la misma expresión con los que ella miraba el cielo. Pero siguió; si esos ojos que se perdían en el cielo, miraban con ansias algo que él nunca podría ofrecerle. Ella esperaba la lluvia, y sabía que en algún momento la iba a poder alcanzar. En cambio él sabía que por mucho que esperara, no iba a llegar a la ventana. 1 de diciembre de 2008 10:57 Viene de contar el capítulo antes del principio: 'A la siesta' Aquí empieza la historia (y termina la redacción). ____ TZL - 1 de diciembre del 2008 Publicado originalmente en el blog de Rayuela: En Zigurat .

Lo que nos queda.

Hace cerca de dos años empezaron las obras en el predio Santa Fe Pasajeros, conocido por los santafesinos como Estación Belgrano. De aquello que empezó no menos polémicamente por su ilegalidad, tratándose de obras municipales entrometidas en propiedades del estado Nacional, que comenzó con un ligero cambio de veredas, hacia la demolición de los muros perimetrales del predio y todo lo que había circundando el impactante edificio, seguió -ya con los dos pies del municipio dentro de la estación- por la 'lavada de cara' de la fachada, en paralelo se trabajaba en techos, pisos, aberturas y mampostería de interiores, hoy podemos ver la recuperación prácticamente completa. En aquel momento puse en duda la veracidad de la "recuperación de la estación" según se propagandeaba. Y aunque hice públicas mis suposiciones, esperé para ver qué estación nos dejaría aquel anunciado proceso. Entrada a un nuevo edificio. Desde lejos la fachada asombra, como siempre lo hizo por su tamañ

A los cuatro vientos; marzo 2009 3

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Tramo 3: Paseo náutico por el Delta tigrense. Fue después de comer unas hamburguesas en la mal llamada Costanera Sur, cocinadas en una parrilla o bien bajo un Sol que esfumaba toda idea de otoño, que fuimos a Retiro y tomamos el eléctrico a Tigre de las 15.26hrs. Subimos al primer coche, pegados a la cabina, y viajamos sentados entre ruedas de bicicletas, en el piso de un medio-furgón. Viendo salir trenes desde el andén 1 de Retiro Mitre.

A los cuatro vientos, marzo 2009 2

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Tramo 2: A la siesta rumbo a Ezeiza. La misma tarde del día de su cumpleaños, salimos con Seri de vuelta a la estación Gerli para tomar el tren eléctrico a Ezeiza. Esperamos poco y nos incorporamos a un tren lleno, mitad por pasajeros y mitad por vendedores ambulantes, muchos que aprovechaban el calor reinante para tener éxito en su venta de gaseosas o helados. Íbamos parados, y en eso vi algo verde entre mis pies: cuidé de no pisarlo y no me distancié, para que tampoco lo pise nadie más. Mientras tanto, entre los choques de canastas y conservadoras, las cajitas de turrones y los nenitos a los que se les caían las tarjetas y los señaladores, llegó cuando pasábamos estación Turdera un vendedor de perfumes, que -lamento decirlo- es el peor vendedor ambulante del que puedo dar testimonio: La fluidez en el discurso era cosa desconocida para él, y nos contó buena parte de su historial laboral para argumentar la calidad de los perfumes. Repetía cosas innecesarias, evidenciando su inseguridad

A los cuatro vientos; marzo 2009 1

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El viernes 27 a las 14 horas llegué una vez más a Retiro, con el ánimo del que vuelve por el placer de volver. Salí de la estación de ómnibus con hambre, que satisfice  en un bar de Retiro Mitre, para después ya con la modorra de la siesta tomar el 22 hacia San Telmo, donde haría uso de la reserva en el hotel. Dejé todo lo prescindible en la habitación y fui a Constitución, donde tomaría felizmente los subtes hasta Callao, y donde tras caminar la cortada peatonal Santos Discépolo, en Callao y Lavalle, me encontré con Lagos, Chary y Zony provenientes de Once. Caminando llegué al lugar de origen: Reitro. La Plaza San Martín nos sorprendió una rareza quizás excesiva: un círculo de osos de colores alrededor del monumento al Libertador. Lo primero que uno se pregunta al ver decenas de osos en hilera, pintados de colores como en un carnaval petrificado y formando un gran círculo alrededor del Paseo de los Granaderos es, ¿qué carajo es ésto? sumado a un elocuente ¿qué estoy haciendo acá? D

Microhistorias dicotómicas y su desempate.

Anexos del trocha media ferroturismo (enero 2009) Artista imperceptible de la tristeza perceptible. Tiene doce años y un hermano bebé. Pasa frío si hace frío, y calor si hace calor. Camina despacio y descalza las estaciones y los trenes de la línea C, porque no tiene zapatillas. Su pelo teñido y cansado de ver a sus brazos cargar al hermanito, que está creciendo violentamente. Ella pasa de vagón en vagón. Les habla a los pasajeros con la mirada fija en el piso. Su pregón es casi tan triste como la expresión de su cara. Ella quizás no esté tan triste todo el tiempo, como su cara lo sugiere; pero sabe que la gente que se compadece de las sonrisas es mucha menos que la que siente lástima de las tristezas ajenas. Por eso lleva sus días llenos de un espectáculo infame; llena su vida de caras largas, de ojos lastimosos y tristezas obligadas. Regala una expresión triste, y recibe a cambio más expresiones tristes de aquellos que piadosos le dan unas monedas, y de los que impotente

Sublimando en el bondi.

(llamado también 'constantes nostálgicos del fín de semana') La evolución tecnológico-electrónica dirigida al uso personal, que hoy por hoy acusa un nuevo artefacto cada día, mejora y acompleja la vida cotidiana de sus usuarios y el entorno de la vida de todos en general. Tanto es así, que en la observación que proponemos, combinaremos un artefacto moderno, devenido del winco, walkman, discman, y otro muy anterior nacido en la mezcla de la carreta, el coche y el tranvía. ¿Ha visto lo común que se hace hoy, al subir al colectivo, encontrar personas con auriculares conectados a su reproductor de música portátil? Más aún, apostamos que no ha podido pasar por alto a quienes escuchan su música SIN auriculares, y por lo tanto con sus potentes parlantecitos vibrando inescrupulosamente en todo el ala trasera de la unidad de transporte. Esta situación -que produce reacciones parecidas cuando nos circunda alguien con auriculares a un volumen tan intenso se nos pega el ritmo de los güiros

La juventud perdida.

Caminando Mar del Plata, buscando carteles y ofreciéndome en posibles lugares. Casi siempre acompañado gratamente por Noelia, bendición y fundamento de esta ubicación y esta búsqueda. El caminar era diario, y el camino marcado por los clasificados, las arterias comerciales o de grandes empresas que me pudieran contratar. Al principio, encaré este desafío –sin saber qué pesado sería– con fuerza y entusiasmo, positiva y alegremente, creyendo el objetivo cercano. Al par de semanas, ya se notaba la ausencia de resultados, cosa que incidía correspondientemente en cada próxima búsqueda, en el estado de ánimo y a veces hasta en la relación con Noe. Muchísimas veces, durante este proceso y seguramente para evadir la situación más próxima, me invité a pensamientos profundos: Uno, el que busca trabajo, ya está etiquetado como necesitado, desahuciado, pobrecito . A la vez, tiene que considerar todos los factores para lograr enamorar a un empleador y así conseguir lo que ya se convierte en un sueñ

Paradoja de la estatua vivente

Antes que nada explicaremos, para los extraterrestres o los enfrascados, en qué consiste el fenómeno estatua vivente: Habría que aclarar que no se trata de un fenómeno paranormal, sino de una actividad artística. Dicho arte consiste en la elección de un disfraz, maquillaje, y posición para permanecer, y una quietud que alcance para aparentar ser de metal, mármol o yeso, en imitación de una estatua. Como todo arte, ésta termina su razón de ser en el público, que como este fenómeno se desarrolla mayormente en las calles peatonales, siempre es un peatón. El encuentro del observador hacia la estatua es normalmente casual, y la apreciación al desempeño del artista baja o sube según el atractivo de su apariencia, el realismo que sugiera, o la posición que haya adoptado, lógicamente, para llamar al público. Así, el éxito y aprobación de lo expuesto se mide en la colaboración que obtenga por parte de la gente: el transeúnte simpático deja una moneda en un recipiente dispuesto a tal fin, y a

General Deheza: Preludio

14 al 16 de junio de 2008 Preludio: El comienzo de este viaje es quizás lo más venturoso de todo el recorrido: Habíamos coordinado pasar un fin de semana en General Deheza, de visita a las tipas conjunto a los muchachos d el club de tipo . Los chicos de Avellaneda saldrían en el Ferrocentral hasta Villa María, mientras yo iría hasta el mismo lugar, pero en ómnibus por carecer del servicio sobre rieles hasta allá.

Encarnación de Ricardo Gutiérrez

[Anexo de el viaje a General Deheza .] Él mismo no sabía dónde estaba, ni qué hacía, pero desde algún lado miraba ésta situación, que después iría yo a saber: Eran las 1:20am del sábado 14 de junio, y bajo las luces amarillas de la estación de ómnibus de Villa María se veía como un completo desconocido se bajaba de un colectivo. Después entró al predio algo desconcertado y se paseó por algunas boleterías, evidentemente, sin encontrar lo que buscaba. Con gesto de resignación se sentó a tomar un café en el bar, junto a una mesa ocupada. Lindante unas mesas estaba sentado Héctor Calderón; persona con varios cumpleaños festejados, lungo, de cabellera enrulada y gris, la piel curtida por el sol y arrugada por el tiempo, lugareño y habitué del bar de la estación en esas noches de sábado. Una venda le rodeaba la cabeza y algunas gasas le tapaban partes de la cara, justo debajo del fresco raspón que mostraba en la frente. Su vecino de mesa lo vió mientras esperaba el café y

General Deheza: el pueblo

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Segmento 2: Efímero dehenze Seguramente el chofer del colectivo T.A. Villa María, que me llevó a General Román Antonio Deheza me miró extrañado cuando le pregunté cuántas paradas faltaban para llegar al pueblo. En fín, al llegar supe que de todas las veces que bajé de un micro, ésta fue la que más frío hacía. De todas formas llegué rápido (previa instrucción telefónica) hasta la casa de Alda, donde nos conocimos tridimensionalmente con las tipas y procedimos a un natural y calientito café batido. Junto con el Sol salimos a caminar las calles; pasamos por la plaza, la iglesia, la plazoleta con el monumento al riel, etcétera. A la tarde cruzamos la ruta nacional 158 (calle Buenos Aires) y llegamos a la ciclovía que comunica General Deheza con General Cabrera, que corre paralela a las vías del Ferrocarril Mitre.

Otro gallo le cantara...

El tren nocturno la llevaba por caminos inéditos. Tras la ventanilla, sólo existía la cubierta negra de la noche. El paisaje era cambiado de tal forma por la oscuridad, que no parecía el mismo recorrido hecho en la ida. Ella, sentada en una butaca verde, se suspendía entre la propia imaginación y una lectura casual, que leía con distracción: saber lo que dejó allá, era una incógnita eterna. Le parecía que el olor de la maleza alejándose la acompañaría para siempre, y cada vez con más presencia. Acercó su mirada al vidrio, y hacia arriba vio la única luz en la plena noche... En ese momento estaba rodeada de azul, sin darse cuenta el tren y la luna, todo azul. Al detenerse en una estación pequeña volvió a sentir el signo latiendo, demasiado fuerte como para quedarse. Las miradas ya estaban anaranjadas de sol naciente. Cerró el libro y lo puso en su bolso, que cruzó en bandolera antes de dejar la butaca verde, y luego el tren. Afuera, caminó unas pocas cuadras por calles

Marajenses 2009, 3

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El tren a Constitución. Domingo 16.40hrs: El tren 308 a Constitución:

Marajenses 2009, 2.

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Foráneos marajeando. Sábado 19, 16.00hrs: El maletero de la terminal no entendía qué hacía yo sentado ahí, en un banco de la estación soleada y desierta. De a poco se hicieron las cuatro y cuarto de la tarde, y ella me avisó que creía estar entrando a la ciudad mientras el colectivo entraba a la terminal. Al ver los pasajeros bajando, miré desde lejos para ver si la reconocía. No sé si era el Sol sobre ella, su vestimenta casual, su forma de sostener las manos en las tiras de su mochila.  Tal vez su forma de pararse, normal pero por alguna razón transmitiendo seguridad, decisión y actitud propia. O tal vez me simpatizaron su estatura y su piel de tez clara, suave hasta a la vista… Allá estaba ella. Repasé dos o tres veces para asegurarme de no estar errado… y atónito por el encanto o el asombro, sólo emití un pensamiento: ‘qué linda es’. Me acerqué a recibirla, y juntos estrenamos bajo los generosos rayos del Sol siestero, nuestros pasos sobre la ciudad costera. La avenida Pue

Marajenses 2009; 1.

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Hacia el encuentro. Desde la noche anterior viajaba en un Flechabús. Hoy sábado 19, bajando del ómnibus en Retiro, me moría de hambre. Ella ahora estaría definiendo qué vestido llevar o confirmando en qué horario saldría hacia Mar de Ajó. Mientras tanto yo paseaba por la terminal porteña buscando también, aquel micro que me lleve al Partido de la Costa. Esa búsqueda y dos asuntos más ocupaban mis pensamientos: el encuentro con Noelia, a quien fuere a conocer en ese instante, y mi desempeño oratorio en la entrega de los Premios Maestro Almafuerte, a la que me habían enviado desde la producción de ‘A la Carta’.

Trocha Media Bonaerense 1: Subte A

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Primer Tramo: recorrida capitalina. Todo empezó a concretarse el martes 13 a la tarde, cuando compré mi pasaje de ómnibus a Rosario: TATA RÁPIDO www.tatarapido.com SANTA FE TALÓN PASAJERO FECHA Y HORA DE SALIDA: 13/01/2009 23:55 BOLETO Nº SSI-260553 ASIENTO Nº: 13 DESTINO: ROSARIO IMPORTE $: 25.60 A las corridas empecé a armar el bolso a las 22hrs, y a las 23.54hrs llegué como tortazo a la terminal para abordar este ómnibus, en aquellos últimos cinco minutos del mismísimo martes trece. Según mis planes y después de pasar por la terminal de ómnibus rosarina, obtuve en la estación Rosario Norte mi pasaje del TBA a Retiro con intermedias, que decía entre otras cosas: TBA fecha 14/01/2009 Clase Pullman Nro de coche: 510 Desde: Rosario Hasta: Retiro Importe $: 33 Original Pasajero Estación ROSARIO Punto de venta 5048 Numero de boleto 00015426 'El rosarino' calentando motores en Rosari

Trocha Media Bonaerense 3: Tramway

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Tercer Tramo: Tramway Histórico de Buenos Aires. Madrugamos a las tres de la tarde del domingo 18, recién empezando el día. El plan para hoy era llegarnos hasta el barrio de Caballito para pasear en el Tramway Histórico de Buenos Aires. Nos hicimos en Gerli utilizando por fín el resguardo que ofrece la sala de espera que tiene ésta estación, mientras esperábamos el eléctrico a Constitución. Una vez allá subimos a un subte C hasta Retiro para comprar mi pasaje de vuelta a Santa Fe y después volvimos en la C hasta Avenida de Mayo para combinar con un A (estación Lima) y así llegar donde nos disponíamos. Mientras esperábamos el A le dije a Seri –como si además de ser conocedor de las rutas, vías, territorio e historia del suelo argentino, también cumpliera deseos- “ojalá que nos toque el de madera” a lo que él respondió con cara de ironía, como creyendo que es raro que no te toque el de madera. Para terminar nuestro cortísimo y espontáneo debate sobre la suerte en el material rodante d

Trocha Media Bonaerense 2: Local del Urquiza

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Segundo Tramo: Servicio local del Urquiza El sábado 17 de enero, teníamos planeado con Seri -ya que no estábamos rumbo a Mar Del Plata- salir a la mañana tempranito hacia Mercedes en el Sarmiento, pero para nosotros el día empezó mucho más cerca del mediodía que del amanecer: cerca de las 12.30hrs caminamos hasta estación Gerli para tomar el tren a Plaza Constitución y ahí combinar con subte C. Era tan sábado a la tarde, que hasta pudimos viajar sentados en esos siempre codiciados asientos de pana azul. Con esa línea subterránea llegamos hasta estación Diagonal Norte, y ahí caminamos por los túneles a la Carlos Pellegrini de la línea B, donde tomáramos una formación que, llevándonos por debajo de los teatros, cines, confiterías y restoranes de antaño de la avenida Corrientes, nos dejara en la antigüa estación cabecera de subterráneo B; Federico Lacroze.