Entradas

Mostrando las entradas de agosto, 2012

Peluca

En los bares de calle San Martín y caminando por esa peatonal, solía verse a un señor entrado en edad, siempre vestido con ropa clásica y lentes. Pero sobre todo rasgo, lo distinguía su notable peluquín de vivo color castaño. Si usted pregunta, nadie en Santa Fe lo conoce; aún así, todos lo reconocen. Repentinamente y frente a un bar lleno de viejos, hoy me acordé de él: hace al menos dos años que no se lo vé por sus lugares habituales. "Habrá muerto el pobre" pensé. Uno de los viejitos pelados, como leyéndome la mente, sonrió con picardía.

Acquamarina

Quién iba a decir, marplatense querida, que ibas a ser tan importante. Pasaron las cosas más grosas, pasaron las giladas... todo pasa y vos seguís siempre ahí, indeleble. Cuando te conocí y decidí estar con vos eras para mí una más del montón, solamente una forma de hacer las cosas más fáciles. Después, con el tiempo juntos, me encariñé cada vez más. Te mimé mucho, te hice muchos regalos, te ayudé a cambiar las cosas que te hacían andar mal. Tenemos que aceptar que te dejé más linda de lo que te encontré, aunque nunca pediste demasiado con tal de que sigamos adelante.