Sublimando en el bondi.

(llamado también 'constantes nostálgicos del fín de semana')

La evolución tecnológico-electrónica dirigida al uso personal, que hoy por hoy acusa un nuevo artefacto cada día, mejora y acompleja la vida cotidiana de sus usuarios y el entorno de la vida de todos en general. Tanto es así, que en la observación que proponemos, combinaremos un artefacto moderno, devenido del winco, walkman, discman, y otro muy anterior nacido en la mezcla de la carreta, el coche y el tranvía.


¿Ha visto lo común que se hace hoy, al subir al colectivo, encontrar personas con auriculares conectados a su reproductor de música portátil? Más aún, apostamos que no ha podido pasar por alto a quienes escuchan su música SIN auriculares, y por lo tanto con sus potentes parlantecitos vibrando inescrupulosamente en todo el ala trasera de la unidad de transporte. Esta situación -que produce reacciones parecidas cuando nos circunda alguien con auriculares a un volumen tan intenso se nos pega el ritmo de los güiros, o el popular 'tun-chichichic--tun' reggaetonero- es algo más que, como parece a primera vista, una vana y desafortunada aplicación de chiches tecnológicos. Más allá de las caras de hartazgo, incomodidad o malestar que lo rodeen, pudimos, tal vez estimulados por distraernos de aquella música, llegar al siguiente análisis y posterior conclusión:

Realmente, la mayoría de persona(je)s que ponen tan fuerte el volumen de su música, son quienes escuchan cumbia, reggaeton o música electrónica. Muy fuerte, parecido a como suenan los viernes y sábados en los boliches. El protagonista siempre tiene cara de teletransportación o vuelo, o por lo menos actitud de ausencia. En vista de eso, decidimos concluir en que esas personas son trabajadores, estudiantes, gente con obligaciones. Obligadas a hacer sus deberes y por sobre todo, a vivir los siete días de la semana; por eso en ese tiempo nulo, en el que el transporte público les brinda la oportunidad de imaginarse donde lo prefieran, ellos optan por subir el volumen y encender su nostalgia… “ah...! Sábado...”

Lo que nos extraña es saber que este especímen, por nosotros denominado como el constante nostálgico del fín de semana, viaja en su mayoría sentado o con los colectivos a medio llenar, y no se frecuenta tanto en los aglutinados colectivos de hora pico, donde ellos encontrarían un ratito de boliche en una tarde de miércoles. Para el resto del pasaje, claro.

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Por trenazul,
agosto del 2010.

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