La lluvia en la mirada de los otros

Es la paciencia de esperar la lluvia, y sobre eso hacer tan grande su meditación, su pensamiento, que perdía la atención de lo que pasaba en la vereda... obviamente estaría muy concentrada en saber lo que pasaba en el cielo.

Y el transeúnte que pasó, algo agobiado por la humedad del ambiente, la vió y [quizás] en ese momento puso los ojos en la misma expresión con los que ella miraba el cielo. Pero siguió; si esos ojos que se perdían en el cielo, miraban con ansias algo que él nunca podría ofrecerle.

Ella esperaba la lluvia, y sabía que en algún momento la iba a poder alcanzar. En cambio él sabía que por mucho que esperara, no iba a llegar a la ventana.

Viene de contar el capítulo antes del principio: 'A la siesta'

Aquí empieza la historia (y termina la redacción).

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TZL - 1 de diciembre del 2008
Publicado originalmente en el blog de Rayuela: En Zigurat.

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