San Jerónimo Norte

Siguiendo la indicación del encargado del club de Caza y Pesca, buscábamos al Norte de la plaza principal el Club Libertad, donde podrían darnos lugar de acampe. Desviamos un poco para ver si encontrábamos de paso el Club Ciclista.

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> Esta entrada es continuación de la salida a Santa María Norte


En San Jerónimo Norte todos salen a la vereda, y todos están haciendo algo. Si no están lavando el auto, barren la vereda, y sino cortan los yuyos del frente, o riegan las plantas o el césped. No es gratuito ese paisaje impecable que presta la localidad; en una primera mirada se ve que es fruto de un hábito de dedicación y de cuidado que los sanjeronimenses tienen con hacia su lugar.

Así encontramos a una pareja de vecinos en esas tareas antedichas. Si bien los molestamos para pedirles agua del manguera que usaban para regar el césped, osaron de generosos trayéndonos agua mineral fresca. Ya que estábamos ahí y habiéndonos sido tan simpáticos, nos supieron decir con exactitud dónde queda el Club Libertad, y nos confirmaron que el Club Ciclista estaba a dos cuadras.

De todas formas, todo pareció perder forma mientras duraba el brete por el cual esperamos cerca de una hora frente al Club Libertad a que llegara el encargado. Lo corregimos yendo a husmear en las cercanías del Club Ciclista Clodomiro Cortoni, que aunque también estaba cerrado, osamos en comunicamos con su presidente Sr Omar Schmidt, para saber si podíamos hacer acampe ahí por la noche. Nos respondió con entusiasmo, nos presentó los adentros del club y el museo ciclista, nos dio algunas indicaciones, y compartimos algunas anécdotas.

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Detalles y fotos del club-museo en su propio apartado [que estoy terminando de preparar].

Esta localidad es otra de las que nació como colonia, dándose gala de ser la 2da agrícola en el país, al comenzar su asentamiento en 1857. Los terratenientes Ricardo Foster y Lorenzo Bodenmann gestionaron la promoción, el traslado y el arraigo de familias, inicialmente suizas y luego agregándose algunas italianas y españolas, a las parcelas de este exitosísimo negocio agropecuario, que sea como fuese, hoy nos deja la región poblada y particularmente esta localidad, por gente de una positiva proactividad, y de mucha amabilidad, por lo menos con estos dos excursionistas. Prueba de ello son la gran densidad y diversidad de despensas y locales comerciales abiertas por los sanjeronimenses, algo que es raro de encontrar en las localidades pequeñas.

La vuelta, repitiendo los caminos hechos en la ida, se nos hizo cuesta arriba con el viento cruzando a nuestra contra y el Sol, que se mantenía y se mantiene muy feroz. Nada alarmante, pero exageramos un poco para en nuestro paso por Franck, deleitarnos con empanadas del local homónimo y un poco de helado para equilibrar el pedaleo bajo el Sol de la siesta.

Después de que Lorena se pusiera por quincuagésima vez el bloqueador solar, con toda su razón, salimos en un último tirón hasta Santo Tomé y Santa Fe respectivamente. Cubiertos por el polvillo del camino, livianos por la costumbre de llevar este equipaje, y por la gratitud de haber conocido parajes llenos de vida y encanto.

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Ismahf - Noviembre 2013.

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