Santa Rosa de Calchines: La salida del reencuentro

Días: Domingo 14 y lunes 15 de agosto de 2016
Ruta: Santa Fe - Santa Rosa de Calchines, por RN168 y RP1.

Aprovechamos el fin de semana largo para reunirnos después de algún tiempo sin compartir ruta todos juntos, los amigos que en 2012, en las primeras épocas de Siempre en Bicicleta, empezamos regularmente en esta actividad.

Saliendo, por Boulevard Pellegrini

Pasado Rincón se termina la autovía y la 1 vuelve a ser una 'simple ruta provincial'-
Pasando el primer puente de Arroyo Leyes
DE CASA HASTA ARROYO LEYES

Cruzamos desde el Oeste toda la ciudad capital, para salir por el Puente Colgante (menos Luis que se aventuró por el Oroño) hacia la zona de bañados. Ahí empieza el color de la costa, un paisaje que entre la arena, los puestos de pescado y las cabañas de alquiler -por lo menos a mí- me hacen sentir en un ambiente especial, que no siento en los campos del centro de la provincia ni tampoco andando por la RN11, que también es costera si se quiere ver bien.

La RP 1 se está convirtiendo en autovía y se transformó en una arteria muy confortable, ahí pudimos circular por el extremo derecho de la calzada sin sentir que provocábamos demoras. Aunque el sueño duró poco porque pasado el límite de Rincón, la ruta vuelve a su morfología tradicional de un carril por sentido. Teníamos un leve viento cruzado desde el Norte.

Durante el recorrido, antes de llegar a Arroyo Leyes, ya habíamos contado un perro grande, un yacaré, una tortuga, dos gatos y varios sapos, aplastados o chocados al borde de la ruta. Al pasar el segundo puente del Leyes, nos metimos hacia el camping con intención de hacer unos mates frente al río, pero decidimos quedarnos en la entrada del predio de acampe cuando nos enteramos que aunque sea por un rato, igual teníamos que pagar $30 cada uno. Definitivamente no valía la pena.

Mateamos encima de unos troncos y volvimos los 300mts de arena hasta volver a pisar ruta. En ese camino, saludamos a los vecinos de la zona, que ocuparon ambos bordes de la ruta con construcciones para vivir, supongo yo, desde la última gran y larga crecida de los ríos. Me resultó muy impactante ver, viniendo de kilómetros y kilómetros de campo y llano, que el paisaje cambiara por una ruta atiborrada de edificaciones casi sin lugar para banquinas, aunque haya sido sólo por unos cientos de metros.

Una de las tantas paradas en la ruta.

En el Camping Río Hermoso, al Norte de Arroyo Leyes, casi en jurisdicción de Santa Rosa de Calchines.
El colmo de encontrar animales muertos en la ruta fue a unos pocos kilómetros de llegar a destino, cuando paramos -tuvimos que parar- a ver de cerca cómo colgaron una serpiente que medía como Del Potro. Y espero que no haya olido como Del Potro.

La Ruta 1 se estiraba sobre nosotros y nosotros, que ya la conocíamos, traíamos a la cabeza memorias del viaje a Helvecia, en el 2013, o particularmente con Martín, aquella vez que a mí me agarró la pájara casi llegando a Santa Rosa y el me aguantó los trapos. Esta vez nos encontró en idéntica situación, pero con los roles cambiados.
Llegamos a destino cerca de las 13hrs, el viento en contra seguía siendo poco, pero nunca nos dió respiro. Pusimos como esperanza que no cambiara de dirección para la vuelta. 

Luis nos pidió que paráramos para ver la viborita.

Adentrándonos en terreno calchinense
Calles de arena que funcionaron como desafío al pedalero más hábil: Perdimos todos.




EN EL POBLAO

Quisimos hacer tiempo en la plaza antes de armar las carpas en el campamento. La gente nos miraba y yo creo que también hubiera mirado. Y tirado con algo, por qué no.
Cerca de las 16hrs nos dignamos a entrar al predio de campamento al que por aquel momento eludimos porque encontramos muy lleno de gente, con mucho bullicio. Pudimos entonces sentir que habíamos llegado del todo: mirar la costa llena de embarcaciones y lineas de nylon tiradas a la espera de que algo pique, con un agua que sólo se movía cuando pasaba una lancha un poco rápido. 

Para la tarde ya habíamos comprado todo como para cenar. Encendimos el fuego y asamos bajo comando de Luis, comimos e hicimos provechito, y después empezamos a ver cómo nuestros vecinos de campamento prendían el fuego: eran las 20.30h y nosotros estábamos de sobremesa. Todo esto, después nos enteramos, nos sirvió para adelantarnos a conseguir lo poco de carne que había en el poblado. Imagino que los que fueron después al almacén, se vieron obligados a pescar.

Hay pique. Hemos visto pescar mucho amarillo y algunos moncholos.

Luis Explicando algo. Lorena escucha.

¡Hola vecino!

CALCHINES Y MOCORETAES

Sobre la localidad donde estábamos, y como nos comentábamos estando ahí, no hay mucho: la costa, la plaza, y apenas un poquito más. Pero si uno se atreve a incursionar, se entera que esta es una localidad de las primeras, que nació como fortín en la guerra por el territorio de criollos vs aborígenes. En 1861 los encomendados a expandir las fronteras criollas se rebelaron y se quedaron en este lugar, comandados por el Fray Antonio Rossi, fundando el templo de Santa Rosa de Lima, que hoy mismo puede verse frente a la Plaza San Martín. Aún desde antes, desde la época de la conquista de Garay, y el poco lejano Santa Fe la Vieja, este lugar era identificado como tierra de Calchines y Mocoretáes. Por ese asentamiento de los frailes, en el mismo año de sucedido el gobernador Pascual Rosas reconoce por decreto la formación del pueblo. Nosotros no fuimos en este ansia histórico, y nos limitamos a disfrutar de la costa y lidiar con el pedaleo en la arena. Pero qué bueno es saber donde uno anda pisando.

Los pañuelos rojos que Luis obsequió al grupo


Las bicicletas que nos trajeron. ¿ algo raro?


PARA VOLVER

Al otro día amanecimos también temprano, vimos amanecer y nos tomamos nuestro tiempo para desayunar y desarmar el campamento. Recién a las 11hrs salimos de ahí, y volvimos por la misma ruta 1 por donde vinimos. El tema en ese entonces fue, no sólo que el viento había cambiado, sino que se había puesto bravo. Como venía cruzado, por momentos nos empujaba para atrás y por momentos hacia la banquina. Bajo esas circunstancias tuvimos que hacer un buen esfuerzo durante toda la vuelta, y aún así no estuvo menos divertido. Lo último que hicimos -además de llegar pedaleando- fue almorzar unos sangüchitos de queso y fiambre a la puerta de un supermercado del Leyes pueblo. Y aunque nos llenamos, yo volví a casa y seguí comiendo.
A las 15.30hrs, cuando llegué a la puerta de casa, vi que la distancia desde ahí hasta la puerta del camping es de casi exactamente 50kms.

El amanecer del lunes 15 de agosto del 2016 nos encontró en el camping de Santa Rosa, con los mates ya preparados y esperando que abra el almacén para saquearlo de facturas.
Luis, Lorena y Mahfoud con el mate ciclista que me regaló mi hermano.

Con el cartel a la entrada del pueblo, ya yéndonos.

"Gracias por su visita"

Autovía Ruta 1, está quedando muy buena

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