La epopeya del río encadenado


La Batalla de la Vuelta de Obligado, que desde 1974 se conmemora cada 20 de noviembre a título de Día de la Soberanía Nacional, permitió que aunque técnicamente derrotados, los argentinos hayamos resistido en 1845 la invasión del Río Paraná y las provincias mesopotámicas, por parte nada menos que de una alianza inglesa-francesa. Juan Manuel de Rosas fue el atrevido que con clara minoría de hombres y armamento decidió dar batalla. Rosas dirigió, y fueron los gauchos los que pusieron el pecho y las lanzas.


Vinieron buques de guerra de la marina más poderosa, vinieron soldados de un imperio con larga trayectoria en este tipo de piratería. Los gauchos pelearon. Encadenaron el río para que los buques no pasaran. Atacaban desde ambas orillas. Muchos murieron, pero Rosas y la Confederación resistieron para que la Mesopotamia y el Paraná sigan argentinos.


Todo aquello que afecte al poder de decisión y autonomía en la vida de la nación y por tanto, de quienes la habitan, conforma a la soberanía nacional. Por eso este valor, poco conocido por quienes nos criamos en la década del '90, según mi mirada toma un poco de relevancia en estos últimos años.

A eso me refiero si digo, como voy a decir, que la soberanía se construye todos los días, con la fuerza que las sociedades decidan darle a sus hábitos, sus recursos y su cultura.
Lo digo por la explotación minera, por la explotación de los campos, por la operación de puertos, pero también por comer una hamburguesa o disfrutar del cine, o apenas ir al supermercado que con competencias desleales ahogan a los nuestros. Garantizar que el suelo argentino siga teniendo dueños de bandera argentina, con inmigrantes o inversionistas, pero no invasores o extracionistas. Que los recursos naturales argentinos sean aprovechados o comercializados por Argentina. Que la actividad productiva y comercial, su capacidad de desarrollo y explotación no sean coptadas por empresas extranjeras en detrimento de las nacionales.

Cuando tengamos la tierra, el agua, el oro, el aire, y en nuestros comercios nuestras marcas antes que las importadas, podremos bufar soberanía. Hoy por hoy, debemos decidir en qué lugar de nuestras vidas poner a los "grandes inversionistas" que son en realidad grandísimos importadores de productos asiáticos, socavando nuestro inestable sistema productivo. Y rever hasta dónde conviene apostar a "los generadores de empleo" que nos generan más dependencia que ganancia, en empresas que bien se pueden generar desde adentro. Tenemos mucho camino por andar antes de reclamar Malvinas.



Vea este enlace para datos técnicos de la batalla
La Gazeta: La batalla olvidada

Y otros enlaces didácticos sobre el Día de la Soberanía
Argentina.ar : Día de la Soberanía Argentina
http://lavueltadeobligado.blogspot.com.ar/

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