Sin sacrificios, por favor.

Este último tiempo el paradigma en Santa Fe de la Vera Cruz cambió mucho, demasiado como para no actualizar el anterior artículo con respecto a este gran elemento cultural y recurso patrimonial: La estación del Ferrocarril Nacional Manuel Belgrano.


En diciembre del 2008 la licitación a Cencosud se cayó, ya que desde la Nación optaron por no vender el patrimonio nacional ferroviario a empresas de otros orígenes y rubros. Simultáneamente el gobierno municipal tomó las riendas del asunto, haciéndose cargo de lo que ellos mismos llamaran "recuperación del espacio público". Al poco tiempo y en las primeras acciones, hubo problemas con las jurisdicciones de trabajo, sobre todo porque al demoler muros perimetrales y modificar la estructura del edificio, se estaban infringiendo los contratos de acuerdo entre los estadíos de gobierno nacional y municipal. A la par de eso, que llevó a más de un revuelo mediático, se levantaron vías en diferentes puntos de la ciudad con el pretexto de realizar aperturas de calles, se demolieron varias estructuras ferroviarias, y se refuncionalizaron otras. Esto nos sirve de referencia para entender la política de transporte que se está aplicando en estos momentos.

El edificio de la Estación Ferrocarril Belgrano ya no está abandonado: quien pase por Boulevard Gálvez al 1050 se dará cuenta que hay ocupantes utilizándola. La fachada está rejuvenecida, y el interior del edificio -particularmente el hall- está en avanzado nivel de restauración. Cambios encantadores a primera vista, dejan a la estación parada como el gran símbolo arquitectónico que es. Pero todos sabemos que la Estación Ferrocarril Belgrano no es importante sólo por su arquitectura, y ahí es donde empieza la cuestión.


Cuestión de conceptos.

Para abordar la recuperación patrimonial de este predio, como de cualquier otro lugar, se permiten las siguientes preguntas: ¿a qué refiere la 'recuperación' del espacio? y ¿qué tipo de 'patrimonio' se está considerando a recuperar?

Recuperar la operatividad de un espacio no es lo mismo que recuperar la función de un espacio: es decir, el hecho de que la estación de trenes deje de estar abandonada y en un mejor estado edilicio, no justifica el hecho de desvirtuar la función del edificio para transformarlo, y de tal forma perder la estación como tal.

Por otra parte, el patrimonio de una ciudad comprende diferentes clases que abarcan todo lo que posee el estado, tangible e intangiblemente: En este caso y para recuperar una estación ferroviaria, lo primordial -por más lógico que parezca- es recuperar el verdadero patrimonio ferroviario, que no es el edificio material, sino la función y el uso ferroviario, que le dio el prestigio que hoy se merece. El patrimonio cultural no pasa sólo por el hecho de que sea una estupenda y antigua obra arquitectónica, sino porque el trabajo y la función social que se desempeñó en aquel edificio marcó en buena parte la cultura de la ciudad y sus habitantes.

Entonces, recuperar el patrimonio tiene menos que ver con el edificio, que nunca estuvo en peligro de derrumbe y del cual su arquitectura pasa a ser algo solamente simbólico comparándolo con la fuerza estratégica que significa devolver a una región la alternativa y la posibilidad de disponer del medio de transporte terrestre más rentable y ecológico, por ende también la de sumar puestos de trabajo y una industria regional que impulsaría tenazmente el desarrollo social y la calidad de vida.

Recuperar el patrimonio de la Estación Belgrano es en definitiva, poner de nuevo trenes en las vías. Favorecer, impulsar y cultivar en la gente los beneficios que brinda el transporte por ferrocarril, tanto de cargas como de pasajeros.


Entonces, ¿quién se ocupa del patrimonio ferroviario?


Si bien es aplaudible la recuperación arquitectónica del edicifio, se podría decir que la restauración empezó por el final, o bien que los planes de "recuperación" no consideran que en ese gran edificio histórico, la prioridad y el sentido de existencia están dados por la actividad ferroviaria del predio Santa Fe Pasajeros.
Contrario a eso, obsérvese hoy en día los proyectos de ocupar el mencionado edificio con administración municipal, locales comerciales y centros artísticos. En la zona de andenes, en lugar de trenes brindando servicio, se cobran onerosas entradas para ver bandas de musica que hacen vibrar las paredes cada fin de semana, atestiguando de esa forma el regio estado de integridad del edificio, aún en las partes anteriores, donde no se llevaron a cabo tareas de "recuperación". Obsérvese lo opuesto a toda intención de recuperar la estación en la propuesta de modificación a la zonificación de la ciudad, en la cual se propone urbanizar los terrenos ferroviarios que corresponden a la playa de maniobras, acceso a la estación y al puerto de Santa Fe, conjunto al proyecto de municipalización de estos terrenos ferroviarios.

No hay en marcha ningún proyecto que se acerque siquiera a devolver los trenes a la región. Al igual que la Estación Mitre y el predio Santa Fe Cambios, todo sigue abandonado por el ferrocarril. Todavía falta recuperar lo más importante del patrimonio, lo sustencial del patrimonio. La estación es la casa de los trenes, y sin trenes, apenas se está adornando una casa vacía.

Nuestra voz permanece en alto y reclama lo que un día se llevaron; nuestra voz pide ese transporte, el más conveniente a la sociedad y al medio ambiente, para tener un futuro mejor.

Refencias pertinentes:
El municipio se hará cargo de la Estación Belgrano; 12 diciembre 2008.
Noticias oficiales de las acciones municipales en la estación.

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Por trenazul,
14 de noviembre 2009.

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