Turismo Ferrofílico por BsAs, marzo 2008. Parte 1

Episodio 1: De San Telmo a Puerto de frutos.

El Sol de aquel sábado subía por el Este, y me caía en los ojos mientras yo bajaba los escalones de un ómnibus en la Terminal de Retiro. Ni bien sentí el fresco que hacía me puse el bucito. No tenía ningún apuro, pero estaba bien ansioso... como si intuyera la de momentos felices que iba a pasar en los siguientes tres días.



Después de un rato salimos para San Telmo, a dejar las cosas en el hotel. La habitación me ofrecía un equilibrio perfecto entre lujo y comodidad; sin ese excesivo lujo que incomoda para no romper, ni marcar, ni ensuciar nada. En ese lugar cómodo, como en casa.

El aire de San Telmo es especial... allá las calles son angostas, las veredas niveladas, los edificios ordenadamente parejos: todos de dos o tres pisos, con fachadas coquetamente trabajadas, mostrando estéticas arquitectónicas coloniales y europeas del siglo XIX. Los comercios son elegantes, alcanzan a distinguirse perfectamente, pero sin llamar demasiado la atención ni hacerle ruido a la mirada.



 Las vías del tranvía son algo trascendental en el paisaje santelmino (permítaseme inventarle un gentilicio), y lo más lindo es que todas esos signos del siglo pasado se conservan perfectamente. Así uno camina por las calles de San Telmo y puede sentir el aire del siglo pasado; desde el soplar del viento uno puede saber cómo vivían los trabajadores portuarios de comienzos del novecientos; se pueden recordar esas historias que nunca vivimos; se puede imaginar que un día el tranvía pasó muy seguido por esas calles. Se puede respirar diferente. En fín, pese a mi reflexión y la agradable deferencia de no haberla detallado en palabras mientras circulabamos por allá, seguimos caminando
hacia el sur por Avenida Almirante Guillermo Brown, por la senda a la que llegaríamos a La Boca del Riachuelo.



En aquel barrio adivinamos la historia de el paso a nivel de calle caminito, y tras esa experiencia seguimos pisando los rieles de las vías de Ferrosur, mientras discutíamos si aún estaban en uso o no. En pos de eso, desembocamos nuevamente en Avenida Paseo Colón y nos embarcamos desde su nacimiento en parque Lezama hasta su final en Casa de Gobierno. Seguimos calle arriba largas cuadras, recorriendo avenida Alem hasta el Retiro. Estando en la estación terminal del ferrocarril Mitre, compramos boletos con destino final en Tigre. A la tarde-noche volvimos a la estación de orígen, tomamos la C a Constitución, comimos en Pedro Telmo y nos despedimos hasta otro día.


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TZL, marzo del 2008.

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