Nos lo merecemos
Si cuando hay inundaciones de toda una región, de los cauces de tres ríos (Paraguay, Uruguay y Paraná); si las propuestas para 'no inundarnos más' son levantar el nivel de las defensas, entonces nos merecemos todo esto y más.
Tal vez si a una raza de orangutanes les pasaran año tras año inundaciones en diferentes ciudades de la misma región, probablemente ellos, animales infrahumanos y todo, sabrían entender que no es la naturaleza, sino sus propios actos los que provocan tales hostilidades. Y los orangutanes pensarían "esos árboles que sacamos de los campos, de las veredas, de los parques, de las rutas... volvamos a ponerlos ahí. Estas veredas que asfaltamos, rompamos el cemento y dejemos que la tierra absorba el agua cuando llueva, y que los árboles hagan sombra y absorban el agua y purifiquen y refresquen el aire." Pero no tenemos esa suerte, porque evolucionamos.
Hay organismos regionales. Estructuras de gobierno nacionales, provinciales y comunales. Sin embargo sobre los bosques, sobre la causa forestal, no hay compromisos ni negociaciones. ¿Cuántos millones nos ahorraríamos si fuésemos con la corriente, y no en contra? Todo el dinero de reconstruir una ciudad cada dos o tres años, toda la angustia de los ciudadanos que tienen que limpiar y volver a empezar desde cero. Nunca vamos a vencer a la naturaleza, no se puede levantar tanto el nivel de las defensas.
Desde cada lugar podemos sumar nuestro aporte. La mejor solidaridad con los inundados es, además de mandar alguna mercadería cuando la catástrofe ya pasó, mejor aún. Atacar para siempre la causa de las inundaciones. Tener árboles en casa, la vereda arbolada y con pasto. Arbolar los costados de las rutas, porciones de los campos, los parques. Pero claro que lo grosso está en manos de los altos funcionarios, de los terratenientes y grandes capitales. ¿Serán piadosos y comprometidos, o justamente éste es su compromiso?
Tal vez si a una raza de orangutanes les pasaran año tras año inundaciones en diferentes ciudades de la misma región, probablemente ellos, animales infrahumanos y todo, sabrían entender que no es la naturaleza, sino sus propios actos los que provocan tales hostilidades. Y los orangutanes pensarían "esos árboles que sacamos de los campos, de las veredas, de los parques, de las rutas... volvamos a ponerlos ahí. Estas veredas que asfaltamos, rompamos el cemento y dejemos que la tierra absorba el agua cuando llueva, y que los árboles hagan sombra y absorban el agua y purifiquen y refresquen el aire." Pero no tenemos esa suerte, porque evolucionamos.
Hay organismos regionales. Estructuras de gobierno nacionales, provinciales y comunales. Sin embargo sobre los bosques, sobre la causa forestal, no hay compromisos ni negociaciones. ¿Cuántos millones nos ahorraríamos si fuésemos con la corriente, y no en contra? Todo el dinero de reconstruir una ciudad cada dos o tres años, toda la angustia de los ciudadanos que tienen que limpiar y volver a empezar desde cero. Nunca vamos a vencer a la naturaleza, no se puede levantar tanto el nivel de las defensas.
Desde cada lugar podemos sumar nuestro aporte. La mejor solidaridad con los inundados es, además de mandar alguna mercadería cuando la catástrofe ya pasó, mejor aún. Atacar para siempre la causa de las inundaciones. Tener árboles en casa, la vereda arbolada y con pasto. Arbolar los costados de las rutas, porciones de los campos, los parques. Pero claro que lo grosso está en manos de los altos funcionarios, de los terratenientes y grandes capitales. ¿Serán piadosos y comprometidos, o justamente éste es su compromiso?
