Arenga

La tribu ácida de los dulces encantos se descontentará si ocupás la punta de tu lengua donde a ella no la implique. Te señalará y tratará de traidor, de canalla. Vendrá en malón, buscando hacerte triste y presa para su nido. Buscará acapararte bajo sus alas de plomo. Te asegurará eterna y verdadera compañía. Vendará tus manos entre sí con áspera seda; te dará media satisfacción, la comodidad de un moderado placer, de la quietud, del descanso. 

No hagas caso, no temas. El largo y amargo camino recorrido está en su recta final. La recompensa será abundante y el olvido se hará lluvia en las mentes livianas que hoy hacen pesar tu espalda de culpa.



__
elisma
13/12/12

Entradas más populares de este blog

¿Por qué los animales no van en los billetes argentinos?

Surfeándola III: Esperanza

El tablero de dibujo