Caminata Oro Verde - Tezanos Pinto, abril 2010

La misma tarde después de haber visitado los talleres Paraná, salimos rumbo a Tezanos Pinto. Tomamos el colectivo linea 6, hasta el apeadero Oro Verde, para seguir por la vía hasta la única estación intermedia intrigante, de un pueblo que está al borde de la desaparición. Al poco tiempo de caminar ya teníamos el paso medido para caminar entre los durmientes, y ya "caladas" las áreas de la vía donde el balasto no hiere aún a través de la suela del calzado.


Esquemita del trayecto realizado.



Imagen que sintetiza el camino recorrido.

Entrando a la primer curva.


Alrededor de la estación se labran leyendas y mitos de fantasmas, de apariciones.Mientras íbamos, Gabi y Juan me contaban algunos de los mitos que habían escuchado conversando en veces anteriores con la gente del poblado.

El camino transcurre casi totalmente entre forestación alta, que esconde la vía de los campos lindantes. En contados momentos teníamos mirada hacia afuera del "pasaje" que conformaba la vía rodeada de árboles. Medio en chiste y medio en serio, nos poníamos de acuerdo respecto de cómo reaccionar si venía el tren por atrás de una curva: si bien en aquella epoca no había funcionamiento regular de trenes, había cuadrillas o cochemotores de prueba que estaban preparando o testeando la vía para que empezasen a correr los servicios que la UEFER disponía reactivar. Además en ese sentido, veíamos el buen estado de la vía, aunque -en una mirada más detallista- vimos que faltaban algunos tornillos de vía (encontré uno suelto y lo tengo atesorado), algunos durmientes estaban rotos y faltaba una que otra eclisa. Supongo que esos problemas ya están resueltos para bien y seguridad de los pasajeros que viajan diariamente en los trenes urbanos, y semanalmente en el interurbano a Concepción.


Casi a mitad del camino, el indicador del Km 20.

Llegando al último cruce a nivel, las señales limitan a 10kms/h y piden Silbato (más al fondo, allá por donde va Gabi). Estábamos muy próximos a la estación de destino.

En dirección ascendente.


Los árboles a los lados de la vía se iban a medida que nos acercamos al último paso a nivel antes de la estación. Después de aquel cruce, rastros de un cambio que conectaba con la vía secundaria a los galpones, que hoy está levantada, nos daban anuncio de estar en el predio de la estación Tezanos Pinto. Recién entonces entendí la obsesión de los chicos por este edificio del que me habían hablado tanto: el misterio.

Conociendo otras estaciones del ramal, a ésta se la diferencia mucho en su construcción, sobre todo por la estructura. Intriga saber por qué aquella diferencia. La estación  fue construída en el 1880, al tiempo que se contruía el ramal de la empresa provincial Ferrocarril Central de Entre Ríos, durante la gobernación de Racedo. Eran cerca de las 5 de la tarde. Estaba nublado y pintaba próxima lluvia. Aunque llevábamos dos horas transitando cerca de las urbes, llevábamos también ese tiempo sin tener contacto con ningún otro alma ajena al grupo. Para acentuar la desolación, la estación y todo su alrededor se conjugaba con el día nublado, y estaba como se había predicho, presentando un abandono de años. El pueblo tras la maleza que rodeaba la estación, se convertía al menos para mí, en otro misterio.

 El edificio -en relación al pueblo, que se reduce a varias casas distribuídas en cuadrículas- es grandísimo. su quietud y desolación recordaba a la maraña de mitos que lo envuelven. Así, antes de entrar a la estación imaginé el interior funcionando como una colonia de espíritus en pena. También claro, y menos supersticiosamente, creía la posibilidad de encontrar a alguien durmiendo adentro. En cambio puedo decir que lo único que había adentro era paredes y aberturas. Algunos vidrios y partes de marcos caídos al suelo, y nada más que la tierra que se junta con el tiempo.


 A mí me pareció importante conocer el pueblo, ahora que lo pienso, tenía en la mente que íríamos a recorrer algunas de sus calles, y sin embargo tras la muralla de yuyos el pueblo quedaba mucho más lejos de lo que en realidad estaba. Sumado a que empezaba a anochecer, al mal tiempo y la complicación logística para volver (no hay colectivos, taxis, ni ningún medio público) Preferimos recorrer la estación en detalle, y sólo adiviné algo del pueblo tras una ventana del primer piso.

 En un sector, ahí arriba, habían reformado hace un tiempo para abrir un bar temático, que no prosperó y tras cerrar dejó algunas marcas de refacciones. Tras esta visita Entre Ríos Sobre Rieles pudo terminar de organizar una jornada cultural y de trabajo social, una especie de 'abrazo simbólico' a la estación Tezanos Pinto.

La puerta de la Oficina de Encomiendas vandalizada.

Escalera de acceso al primer piso. La luz abajo indica la puerta de salida al pueblo: los marcos de la abertura desmoronados por sobre el hueco, y las altísimas malezas obstruían el camino posible.

En este recorte casi no se percibe el abandono

Estación Tezanos Pinto.


El edificio de la estación, la señal de la vía secundaria, el galpón de encomiendas. Vista desde la vía en dirección descendente.

Unos meses después, desde mediados del 2010, es más fácil llegar y partir desde Tezanos Pinto. Por ahí pasa ahora el servicio urbano Paraná - Oro Verde - Villa Fontana, tres veces al día. Ahora claro, no tendría ningún sentido hacer la caminata que hoy doy testimonio... ¿pero cómo iba a conseguir sino mi clavo de vía del FCER?

Vea sobre Tezanos Pinto y su estación, un informe mucho más completo y desarrollado históricamente, por los compañeros de  Entre Ríos Sobre Rieles: http://ferrocarrilentrerriano.blogspot.com/2010/03/entre-rios-sobre-rieles-en-tezanos.html


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